Se sabe que la succión les proporciona seguridad y los niños pequeños establecen contacto con el mundo que les rodea. También es conocida como la «succión no nutritiva» ya que cuando empiezan hacer esta actividad sienten tranquilidad, sosiego, placer y sobretodo protección.
Esta necesidad de succión no nutritiva puede calmarse con la utilización de un chupón, que en esencia cumplirá las mismas funciones. Sin embargo, la mayoría de bebés rechazan el plástico de la tetina y prefieren succionarse los dedos. El pulgar es el dedo que con más frecuencia utilizan, aunque hay niños que intentan meterse otros dedos.
Además, la succión es imprescindible en el recién nacido, ya que ayudará a estimular al pezón, y así producir la prolactina y en definitiva provocar la subida de la leche para el amamantamiento. Si nuestro pequeño logra hacer esto, podrá alimentarse con tranquilidad y por largo tiempo.
“La Asociación Española de Pediatría recomienda no dejar el chupón a los niños más allá de los doce meses, para así evitar riesgos asociados a su uso prolongado, como aumento de otitis media, problemas dentales como el crecimiento de los maxilares, defectos en la posición de los dientes y del cierre de la boca.”
A partir de entonces es recomendable observar en qué momentos del día tiene la necesidad de hacerlo para calmar sus necesidades, ya que así podrías identificar las situaciones que le llevan a ello, es decir, si está aburrido, si tiene sueño, entre otras.
Si quieres que tu bebé deje este hábito te mostramos en el siguiente enlace una diversidad de chupones de acuerdo a la edad de tu pequeño, haz clic aquí.